676.- Ser.



La mayoría de las jornadas laborales
terminaron hace horas.

Todo está oscuro ya en la ciudad.

Las últimas gentes
regresan a casa en soledad.

Se van apagando
las luces en los edificios.

Toca estar con uno mismo.

Ya no hay manera de fingir,
de estar adaptados a como debe ser,
a como está manda'o,
o a como dios quiso siempre.

Y es insoportable la comezón
y los gritos callados que ahogamos
en la rutina estéril de no atrevernos
a ser lo que siempre quisimos ser.