572.- Uno solo.


Entre el bullicio
de la frenética actividad diaria
hay uno que está siempre solo y ríe.

Y cuando alza la vista lo ve todo.

Y si se sumerge
en los pensamientos,
en ellos desaparece.

Pero regresa y sonríe.

Y actúa para nadie
desde su inexistente
balcón vacío.