1810.- Gesto.


La iluminación suprema
es algo muy sutil y sencillo,
es como sostener un punto de vista
sobre la vida que para nada
es estable o definitivo.

Si bien en el instante del satori
y a veces también durante las horas
y días posteriores,
los pensamientos callan por completo
y es fácil disfrutar de la mente única
con la atención en libertad.

Cuando estos pensamientos regresan
y mostramos interés en alguno de ellos,
la atención convierte la mente original
en el contenido de ese
pensamiento conceptual.

Y nuestra creencia en lo que represente
nos catapulta a su realidad,
cubriendo la función original de la mente
con el manto de las nubes
de la interpretación.

Y fundiéndonos con la persona,
desde donde sentimos las consecuencias
de la situación experimentada
y somos movidos a la acción.

La falta de interés en algo
que durante el satori se mostró ilusorio,
es la única posibilidad que tenemos
de permanecer en la mente original,
ignorando los pensamientos.

O regresando a ella
si la atención se ha fugado con ellos,
o hemos precisado de la colaboración
de los pensamientos
durante la vida cotidiana.

Para dejar hacer al devenir
y vivir por siempre
en alegría, dicha y paz.

Por eso basta un pequeño gesto,
para pasar de vivir como persona
a vivir en nuestro vacío esencial.

Aunque ya nunca abandonaremos
la certeza de haber reconocido
nuestra verdadera naturaleza
original no dual.