1272.- Oculta.

 
Puede que de la gestión
de las emociones
dependa nuestro estado de salud
y por lo tanto nuestro bienestar.
 
Cuando una emoción
se despierta,
qué tan intensa es
y cómo gestionarla
no siempre está
en nuestra mano.
 
Pero expresarla,
compartirla y comunicarla
sí que depende
de que queramos hacerlo
aunque a veces nos cueste.
 
Antiguamente
la vida en los pueblos
permitía fácilmente este proceso.
 
Al que ayudan la familia,
la confianza con los amigos,
prácticas como
la confesión religiosa,
el diván de un psicoanalista
o un extraño en la barra de un bar.
 
Una emoción oculta
es siempre un conflicto
cuya repercusión
en nuestra salud es inevitable.