Dice el I Ching:
"al final,
es nuestra riqueza interior
la que determina
las condiciones externas
de nuestra vida."
Este es mi mundo,
forjado a base de alegría,
inocencia, constancia y amor.
Me miro en él,
como en un espejo
y al reconocerme
me inunda el gozo.
como en un espejo
y al reconocerme
me inunda el gozo.