1097.- El juego.




El intelecto es una herramienta maravillosa.

Como un videojuego nos permite
elaborar un personaje que,
siguiendo las leyes de la impermanencia,
la dualidad y los pares de opuestos.

Puede percibir a su antojo un mundo
en el que sentir, crear
y vivir una vida entera
de satisfacción plena.

Sin embargo,
nos ponemos a su merced
al dejarnos arrastrar
por el concepto
de una persona estable
que nace, crece y muere.

En un mundo externo objetivo
que sigue sus propias reglas
ajeno a nosotros
y en el que tenemos que luchar
por lograr nuestros deseos
evitando todo tipo de sufrimiento.

Torciéndolo y retorciéndolo
todo a nuestra manera
y a nuestro favor
o rindiendonos derrotados
sin posibilidad alguna
de recordar la solución.

Pero percibimos solo aquello
en lo que depositamos nuestra atención.

Y solo podemos atender
a lo que forma parte
de nuestra concepción del mundo
tejida con lo heredado,
con lo descrito por nosotros y por otros
y con la experiencia adquirida en su manejo.

No se nos puede olvidar
que el juego es gozar
urdiendo mundos
que atravesar.