969.- Desaparece.



En cuanto la atención se detiene,
no importa en qué,
aquello en lo que se ha detenido
cobra realidad para nosotros.

Cuando la atención se libera,
no importa de qué,
aquello en lo que estaba atrapada
desaparece.

Si la atención se enfoca en el intelecto,
el mundo intelectual cobra sentido
y nos vemos forzados a vivir en él.

Si la atención se retira del intelecto,
la realidad nos contiene y carece de utilidad,
de sentido y de propósito alguno.

Si la atención no se detiene en nada,
desaparece en sí misma
y todo es lo que es.