Tras el despertar
a mi verdadera naturaleza vacía,
a mi verdadera naturaleza vacía,
dejé de reaccionar en gran medida
ante los sucesos
ante los sucesos
del acontecimiento interminable
que es la vida y así
que es la vida y así
la fuerza que me hizo nacer
perdió su alimento
perdió su alimento
y se fue ablandando,
disminuyendo en intensidad
y en fuerza.
y en fuerza.
Durante ese proceso,
la fugacidad e irrelevancia de todo
se fue afianzando
se fue afianzando
hasta dejar una especie
de viento suave que se mueve
de manera casi imperceptible
de viento suave que se mueve
de manera casi imperceptible
y en el que floto a la deriva
sin importarme tropezar
con innumerables cosas,
personas, o situaciones,
sin importarme tropezar
con innumerables cosas,
personas, o situaciones,
en mi indiferente pero confiado
discurrir entre la bruma
discurrir entre la bruma
y el silencio de un camino sin destino
que no permite ser recorrido.