926.- Ya está.



Probemos a manejarnos
en nuestro día a día
con la atención libre,
dejándola ir a donde quiera
fuera de los tediosos procesos
del pensamiento conceptual
que habitualmente
tienen nuestra atención
totalmente absorbida.

Dejémosla ir de aquí para allá
sin detenerla en nada.

Este estado de ser
se conoce como
la iluminación suprema,
porque no puede haber
nada más allá.

Y para esto
no hace falta cursar estudios,
realizar duros entrenamientos,
desarrollar nuevas capacidades,
leer libros o integrarse en  sectas.

No hace falta
tener determinadas creencias,
ni seguir a maestro alguno.

Solo hay que querer hacerlo
e intentarlo una y otra vez
hasta que ocurra
y después hasta que se convierta
en un hábito,
como pasa con todo lo demás.

Y ya está.