891.- Vaya y venga.



La capacidad intelectual
es una herramienta maravillosa
que no se puede desdeñar,
sin ella quedaríamos
en la misma situación que las plantas,
las piedras o las montañas.

La memoria registra
acontecimientos y creencias
que no tienen por qué ser identificadas
con un yo estable.

Están allí como las perlas de un collar,
pero collar es solo un nombre,
un concepto
y nosotros no somos conceptos,
sino que somos un darnos cuenta,
un percibir, un ser conscientes de.

Atrapados en los pensamientos,
sufrimos la condena de sus leyes:
la impermanencia, el karma,
el nacimiento, la muerte,
el cambio, la enfermedad,
la vejez, el sufrimiento,
el desasosiego, el deseo, 
el apego, el placer.

Los estados emocionales inestables,
el dolor, las emociones positivas,
las negativas, la desesperación.

Por ello es importante que la atención
entre y salga de los pensamientos a voluntad
para no identificar estos
con el único mundo posible
y la única manera de vivir existente.

Y si una vez centrado en mi vacío primordial,
dejo que la atención vaya y venga
sin quedar atrapada nunca en ningún lugar,
conoceré el gozo de vivir.