889.- Se esfuma.



Lo más destacable
del instante del despertar
a nuestra verdadera naturaleza real,
es que el personaje que éramos
se esfuma.

Simplemente de repente no está
y esta liberación repentina
produce una intensa alegría
y todo encaja perfectamente,
todo es lo que es y como es.

Lo que nos atenazaba
y nos hacía sufrir,
nunca había sido real.

Y uno ríe y ríe
al darse cuenta
de lo estúpido
que había sido.