Todo problema es al final
una tensión
una tensión
entre las cosas como son
y como nosotros creemos
que deberían ser,
que deberían ser,
o quisiéramos que fuesen.
Por eso la solución
es siempre abandonarse
con toda atención
es siempre abandonarse
con toda atención
al interminable fluir
de los acontecimientos.
de los acontecimientos.
Así desparecen espontáneamente
todas las perturbaciones.