Y cuando todo ha sido ya hecho,
cuando alzar una mano
es el milagro de la vida.
Estando sin estar
y sin embargo
y sin embargo
siempre esperanzado
y ausente.
y ausente.
Cuando cada cosa ocupa su lugar
y nada sobra o falta.
Uno regresa al bullicio
y se vuelve a perder
esta vez en completa entrega.
Y entonces sí,
entonces el trinar de los pájaros
nos recuerda lejanamente
que vivir es para vivir.
Solo y nada más
que por vivir.