Comprender las cosas del mundo
de una en una,
de una en una,
no solo es una tarea
de toda una vida,
de toda una vida,
sino un inútil gesto
ante la indiferente inmensidad.
ante la indiferente inmensidad.
Penetrar nuestra naturaleza original
y recordar lo que somos,
y recordar lo que somos,
nos dará la total comprensión
sin comprender absolutamente nada.
Y en ese gesto espontáneo y efímero
estarán contenidas todas las respuestas
a las desaparecidas preguntas.
Y alguien en algún lugar sonreirá.