806.- Primero y final.



Mantenemos ocupada nuestra capacidad
y nuestra energía en montones de cosas
superfluas de las que tenemos
que estar pendientes permanentemente,
día y noche,
de manera consciente o inconsciente.

Eso nos deja apenas
lo necesario para sobrevivir.

Pero desde nuestra naturaleza vacía,
sin necesidad de adornarla con nada,
pues nada puede almacenarse allí,
 podemos crear mundos enteros en los que vivir
basándonos en los conceptos del intelecto,
sus relaciones y sus reglas.

No es necesario aprender a vivir,
ni cargarse inútilmente durante el camino,
sino dejarse llevar por completo
por aquello que estemos haciendo,
sea lo que sea lo que hagamos
y al terminar, retirarnos al reposo otra vez
sin ocuparnos de las consecuencias
de las acciones pasadas y sin dejar una parte
de nosotros ligada a los acontecimientos
ni a su desarrollo,
hasta que toque actuar de nuevo.

Así cada gesto es primero y final.