816.- Despertar.



Unos días después de que mi atención
se liberara del proceso del pensamiento,
la increíble experiencia comenzó
a cubrirse y yo a aparecer de nuevo en escena,
aunque más sutilmente.

Entonces quise cerciorarme

de lo que había ocurrido en realidad,
así que me senté en un sillón
y comencé a renunciar, uno por uno,
a todo aquello que se había amontonado en mi
desde el día de mi experiencia del despertar.

No me tomó mucho tiempo,
pero en un momento del proceso,
la experiencia se volvió a repetir
tan plena e inesperadamente
como la primera vez.

Desde entonces
no tengo dudas.