769.- Nada.




Cada nuevo día tengo que decidirme
por volver a la vida.

Enredarme en la percepción incesante,
jugando un papel
que nadie conmigo comparte.

Presente y sin embargo ausente,
cuesta muchas veces
no llegar por la noche
y quedarse en casa
a dormir para siempre.

Pero el camino es para recorrerlo
hasta el final
y en su trayecto
todo ha de ser completado,
sin deseo,
sin apego y sin misericordia.

Viviré hasta el último día.

Como hacemos todos.

Pero además disfrutaré cada instante
ajeno a mi,
a los demás y a mi entorno.

Siendo sin embargo
uno con el gozo eterno
de saberme
ya para siempre nada.