667.- Un solo fluir.



La vida nos invita siempre a fluir.

Pero no a fluir con ella, 
pues a veces eso nos causa
un dolor insoportable
o una ansiedad sin límite.

Sino a fluir como parte de
la vida misma
abandonando alegremente
cualquier posición particular,
cualquier creencia fija,
cualquier estado de ser
permanente o duradero.

Hasta que nosotros
y nuestra vida
queden fundidos
en un solo fluir.