582.- La plenitud.



La plenitud y el gozo
de los que yo hablo
no son un estado
idílico y santurrón.

Sino el disfrute
del instante mientras pasa.

El disfrute
de los pensamientos
que anuncian futuros
que me apetecen siempre.

EL disfrute
de los pasados que dejo atrás
sin despedirme.

Fundidos los tres tiempos
en un acontecer mucho más grande
que lo abarca todo.

Y en el que sin querer
desaparezco.